
Hablo mucho sobre la importancia de los objetivos y de los resultados. Porque al final, después de tanto esfuerzo esperamos una recompensa. Pero nunca hasta ahora he comentado de la importancia de tomar decisiones acertadas.
Tu vida profesional (y personal) pasa por varias etapas. En muchas ocasiones los factores externos influyen en lo que te pasa. Pero otros muchos, sólo dependen de ti. Por lo tanto de las decisiones que tú tomas. Sé que estás luchando por tu negocio, y te importa mucho cada detalle. Por esto eres jefa, eres Léder. Y hay algo inevitable para un Léder – la toma de decisiones.
Cada día tomamos decisiones, y muchas. Unos son muy importantes y conllevan mucha responsabilidad y mucha repercusión, otros no tanto.
Algunas decisiones son más acertadas que otras. A todos nos pasa.
Pero hay personas que toman las decisiones acertadas con más frecuencia y se equivocan mucho menos.
¿Es una coincidencia? No…
No es ninguna coincidencia, la cuestión es que conocen unos pequeños detalles que les ayuden a elegir la mejor solución.
Y antes de contarte este pequeño secreto, quiero compartir contigo una historia corta, pero muy interesante.
Un día normal y corriente vi en mi teléfono un mensaje de voz de una de mis clientas, Ana (me siento muy orgullosa por ella y por todo lo que ha logrado desde que nos conocemos). En este momento Ana estaba pasando un proceso de cambio de una de sus empleadas, supongo que ya conoces esta situación. Tenía dos candidatas: una chica joven maja con buen carácter con poca experiencia y otra con experiencia pero con malas referencias. Ana estaba muy sumergida emocionalmente con todas las cosas de su salón, la falta de tiempo, muchos clientes, preocupación por el futuro, miedo a tomar una decisión equivocada.
Se acordó que cuenta conmigo, y pidió mi opinión.
Lo veía claro: La candidata con experiencia pero con mal carácter – es pan para hoy y hambre para mañana; la candidata maja casi sin experiencia – es hambre hoy, pan para mañana.
También le he dicho que el inconveniente de una persona que viene con malas referencias, que probablemente podrá intoxicar el ambiente, empeorando la situación de trabajo en equipo.
Es cuando se lo conté, me contesto: «Gracias Natalia, ahora lo veo tan claro!!»
En realidad no hice nada especias, estoy segura que Ana lo sabía. Pero estaba tan sumergida en la situación, con las emoción muy alta. Y eso impide a pensar correctamente.
Tú, que lees esto, ¿te ha pasado alguna vez una situación en la cual hiciste o dijiste algo y sólo luego más tarde, te sorprendiste por olvidar de algo tan obvio que no pudiste ver en el momento?
Creo que a todos nos ha pasado. Es normal. Y aquí viene el descubrimiento de un gran secreto:
EMOCIÓN ALTA –
INTELIGENCIA BAJA.

¡Cuando estamos afectados por una emoción, sea preocupación, miedo a equivocarte o perder algo, al igual que mucha alegría o euforia, estamos secuestrados por nuestras emociones!
Es el peor momento de tomar una decisión. En este momento es importante tomar la consciencia de esta situación y permitirte alejarte de ella. ¿Por cuánto tiempo? Lo que sea necesario para volver a tu estado emocional normal. Cuando de nuevo sientes la capacidad de tomar la decisión con la cabeza fría – adelante. ¿Qué pasa si tienes una situación complicada y te resulta difícil o imposible separar la situación de la emoción? Lógicamente tienes muchas probabilidades de equivocarte. En este momento la mejor solución es contar la situación a una persona de confianza pero desde la tercera persona. Cómo si esta situación se tratara de una conocida, cómo si no es tuya. Esto te puede ayudar a despegar emocionalmente. Y te ayudará a tomar la decisión correcta.
Segundo detalle.
Nunca, nunca nunca hay prisas por tomar una decisión.

¿Cuántas veces te visitó un comercial y te han hecho una propuesta super interesante, pero sólo te dejaba poco tiempo para tomar la decisión de la compra? Lo saben y justo por esto te ponen un límite de tiempo. Saben que dentro de unos días cuándo baja la emoción, y te pones a pensar, empezarás ver todo de una manera distinta, más abierta. Con sus pros y sus contras. Entonces sí, puedes tomar tu propia decisión sin ninguna influencia.
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Comparto contigo una herramienta fácil, muy fácil que también te puede ayudar a tomar una correcta decisión.

- Una hoja DIN A4 arriba pones cual es tu duda.
- Divide la hoja en 2 columnas.
- En la primera escribe todas las cosas positivas que pasarán si tomas esta decisión. (+)
- En la segunda escribe todas las cosas negativas que pueden pasar. (-)
Esto te aporta visualmente la claridad de la situación.
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Recuerda estas 2 premisas para tomar las decisiones acertadas:
Emoción baja/Inteligencia Baja
Toma el tiempo necesario para tomar tu decisión. No permites que nadie ni nada te prive de él.
Hoy ha sido un tema más personal, aunque es muy importante a nivel profesional también. Espero te haya servido este post. Si quieres añadir algo a este post, puedes hacerlo en comentarios.
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Desde que cogí mi negocio todas las decisiones las he tomado desde la emoción, desde la alegría quedándome ciega por ello y sin valorar a penas nada, solo la alegría, emoción y ganas…..RESULTADO: toma de malisisisiismas decisiones.
Después de 2 año porfin entiendo que NO HAY PRISA por tomar decisiones, al revés, cabeza fría, números y valoración con tranquilidad.
Gracias siempre por tu ayuda Natalia
Saray, creo que a veces no se da toda la importancia a este tema. Muchas personas consideran que tenemos en función de lo que hacemos, pero se olvida que muchas veces la acción se produce por un impulso, por una emoción. Los grandes cambios se producen sólo cuando eres capaz de actuar desde el corazon, pero sin emoción. Desde la aceptación y no desde la desesperación. Gracias por compartir tu experiencia!